sábado, 29 de noviembre de 2008

LA MUERTE, SU SIGNIFICADO Y NUESTRO COMPORTAMIENTO ANTE ELLA. VISIÓN GENERAL


“La muerte es un proceso evolutivo, no instantáneo, que se inicia cuando los diferentes órganos cesan su función en forma progresiva y acaba cuando la actividad de todas las células del cuerpo se detienen irreversiblemente.”

“La muerte es la cesación de la vida. O la separación del cuerpo y del alma, para algunos; pasando así a otra vida, según creencias, religiones o filosofías.”

"La muerte es el máximo enigma de la vida humana", pero es también el camino que todos debemos recorrer.

Al tocar este tema o cuando escuchamos sobre él, automáticamente sentimos un rechazo, pues se habla del fin de la corporeidad o existencia física de un ser, en otras palabras, de la desaparición de alguien.

Ante este suceso nos invaden muchas preguntas, entre otras, sobre el rumbo que toma el alma de la persona fallecida, o también sobre qué ocurrirá con ese ser. Esta indagación puede ser a veces una actitud evasiva que tomamos ante este misterio. En efecto la muerte es un misterio, porque, sin darnos cuenta, la consideramos como el momento del adiós a todo.


Desde el punto de vista médico encontramos la siguiente definición: "la muerte se produce al cesar las funciones fundamentales: actividad cardiaca y actividad respiratoria, éstas traen consigo el cese de las funciones cerebrales y con esto termina toda la existencia". Pero debemos tener en cuenta que las investigaciones han demostrado actualmente que este cese de la actividad del organismo no es muy fiable, pues ha habido casos que se ha diagnostica este cuadro de muerte clínica pero en el que es posible una reanimación, por ejemplo mediante respiración artificial o masaje al corazón. Esto ha de producirse antes de cierto tiempo, antes de que haya daños irreparables en el cerebro por la falta de oxígeno.

Tales pacientes estaban clínicamente muertos, pero sólo clínicamente. Dicho de otra manera, esto significa que estos pacientes no habían muerto biológicamente. "Estar biológicamente muerto significa que por lo menos el cerebro ha cesado completa e irrevocablemente de funcionar y ya no es resucitable. La muerte biológica…, es la muerte cerebral (la muerte central) y finalmente la muerte de todo el organismo (la muerte total)".


Desde un punto de vista psicológico, podemos apreciar el comportamiento de la persona ante el fenómeno de la muerte. "Muchos de nosotros cerramos los ojos ante la realidad del morir y optamos por jugar a ser inmortales. Así vivimos, y con frecuencia morimos: con los ojos cerrados, inconscientes ante la realidad de la muerte o por esta razón, acercarse a su misterio, descorrer el velo de la ignorancia que le rodea, es un desafío que incomoda, que perturba, que inquieta". Esta es la descripción de la actitud inmadura que tomamos generalmente ante tal evidencia. Podemos decir que nuestra cultura niega con esta actitud, la idea y la verdad de la muerte. Para poder mantener en el destierro este lado duro y difícil de la realidad, se apela a normas sociales que proscriben el tema por ser de mal gusto, esquivando las referencias a la muerte y las certezas de su inevitabilidad.

Por ende, nuestra cultura, "es una cultura negadora de la muerte. Y dentro de nuestra mentalidad, la muerte es lo más horrible que puede pasar, y de esta idea nace la de ser inmortales, en el sentido de que nuestro cuerpo no desaparezca jamás. El hombre se convierte en víctima del ansia y de la inquietud; cuando cree poseer la vida, se aferra a ella egstamente, aunque este aferrarse no es más que una quimera, que puede hacer que el momento final sea aún más dramático para quien lo "vive" y para quienes lo rodean.

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